Soy la mitad del mundo casi a través de peleas malvadas
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Caminó y se arrastró con el batallón,
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Y respaldarme por mis méritos
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Fueron transportados con un tren sanitario.
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Llevado al umbral nativo, -
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En una milla y media a la casa misma.
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Me puse de pie y me quedé mudo, y había humo sobre el techo
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No me levanté así, de otra manera.
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Las ventanas parecían tener miedo de mirarme a los ojos.
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Y la anfitriona no está contenta con el soldado.
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No caí en lágrimas sobre mi poderoso pecho,
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Y ella levantó las manos y entró en la choza.
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Y los perros en las cadenas ladraron.
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Entré en el pasaje semioscuro,
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Por otra persona, por algo, tropezó en el pasillo,
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La puerta se abrió de golpe, las rodillas se doblaron.
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Allí se sentó a la mesa, pero en mi lugar,
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Nuevo propietario antipático.
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Y la sudadera en él, y la anfitriona con él, -
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Por eso me ladran los perros.
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Esto significa que mientras estás bajo fuego
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Tenía prisa, no estaba alegre por un minuto,
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Reorganizó todas las cosas en mi casa
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Y a su manera superaba todo.
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Caminamos bajo Dios, bajo el dios de la guerra,
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La artillería nos cubrió
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Pero encontré una herida mortal por la espalda
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Y se quedó en mi corazón con un cambio.
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Me doblé en la espalda baja,
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La fuerza de voluntad pidió ayuda:
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“Perdón, camaradas, que me volví
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Por error a la puerta de otra persona.
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Di, paz y amor para ti, sí pan en la mesa,
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Para que ese consentimiento ande por la casa...
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Pues ni con la oreja me contestó,
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Parecía que se suponía que debía ser.
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El piso sin pintar tembló,
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No cerré las puertas como solía hacerlo,
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Sólo las ventanas se abrieron cuando me fui,
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Y me cuidaron con aire de culpabilidad. |