| No hay nada como la harina de maíz en la pista de un salón de baile para bailar toda la noche,
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| Deslizándose y deslizándose, deslizándose sin esfuerzo en los brazos de mi dulce Lillie Mae,
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| Así que lustré mis botas, planché mi camisa y me puse unos jeans azules nuevos.
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| Oh, me sacudí el sombrero, me peiné hacia atrás; |
| Voy a vencer todo lo que ella alguna vez
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| visto.
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| No hay nada como escuchar tocar los violines
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| Mientras bailaba el vals de la harina de maíz.
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| No hay nada que te impida alejarte,
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| Haciendo el vals de la harina de maíz.
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| Afuera, en Ranch Road 17, hay un salón de baile en los robles vivos,
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| Luces amarillas colgadas alrededor, para que todos los niños pequeños puedan ver.
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| Las camionetas se estacionan cerca de la carretera; |
| la cerveza está tan fría que podría congelarse.
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| Están todas las estrellas, la banda está afinada y huele a brisa de barbacoa.
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| No hay nada como escuchar tocar los violines
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| Mientras bailaba el vals de la harina de maíz.
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| No hay nada que te impida alejarte,
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| Haciendo el vals de la harina de maíz.
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| Viejos Stetson destartalados, pelo de colmena, hebillas de cinturones que suenan a tiempo.
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| Hay niñas pequeñas bailando sobre los dedos de los pies de sus papás, dando vueltas en una moneda de diez centavos.
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| La abuela y el abuelo están en la pista, bailando como si se hubieran vuelto locos.
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| Hay solteronas, solteros y novios por igual, todos se mudan
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| tres cuartos de tiempo.
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| No hay nada como escuchar tocar los violines
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| Mientras bailaba el vals de la harina de maíz.
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| No hay nada que te impida alejarte,
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| Solo haciendo el vals de la harina de maíz. |