| Una voz del pasado le grita
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| «Bebe la sangre y prueba la carne»
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| Sin nadie para luchar y nada a la vista
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| Atiende de mala gana la llamada.
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| «Los Guardianes de este reino
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| vencido y asesinado
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| Por mi espada que deseo recuperar
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| No fue mi voluntad quitarle la vida
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| Ni mis ansias de sangre»
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| Hace señas desde los lagos de Phlegathon
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| Una vez obtenido por las manos de este Semidiós
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| El hambre de la hoja, susurra en su oído
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| «Juntos erradicaremos todos tus miedos
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| Tus enemigos se empaparán a la sombra de tu reinado
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| Supremo serás cuando se inclinen ante su rey»
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| Llama desde el lago de Phlegathon
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| Una vez obtenido por las manos de este Semidiós
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| Reunirse deben
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| Es su destino gobernar tanto el infierno como los cielos.
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| Una voz del pasado le grita
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| «¡Para beber la sangre y probar la carne!»
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| Sin nadie con quien luchar y nada a la vista
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| Él sabe que su mente está perdida
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| Un esclavo que hace señas
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| Lo lleva más profundo a través del abismo
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| Presionando voluntariamente para obtener el verdadero poder
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| Para ganar verdadero poder
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| Debajo de sus pies en un aguanieve de putrefacción
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| Yacen en las almas glotonas de los pecadores muertos
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| Llegar a él para salvarlos
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| Pero sus almas están perdidas
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| De nada les sirven sus gritos
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| echando espuma como perros
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| Un vacío de oscuridad se hincha dentro de su pecho.
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| A medida que su hambre crece por el poder que una vez poseyó
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| El último parpadeo de su alma reside
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| Todavía puro y profundo dentro
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| Inmerso en la sed de sangre
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| Y enterrado por el engaño de la hoja
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| Torcido en su mentira
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| Más profundo a través de las reliquias debe regresar
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| Su destino ahora alineado |