| Por dentro está vacío
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| Una cabeza llena de listas de compras y política
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| Y una especie de cáscara de huevo hueca de fragilidad
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| Recuperándose como deseos desesperados
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| En el mar salvaje que gime y hierve
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| Lleno de viejos fantasmas y otro idioma
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| Desenrollándose para siempre
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| Indecente y extranjero
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| Bienvenido a las leyes de la decadencia
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| La canción de Darwin y la consternación
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| El mar salvaje se eleva más alto
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| Más pesado se precipita sobre él
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| Fue invitado, no fue mal recibido
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| Su miedo era solo un lado positivo de 60 vatios
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| Brillando desde los bordes de su llanto
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| Enseñándole sus oraciones congeladas
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| Distante como el próximo segundo
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| Lejos como el futuro de cualquier tierra lejana en el horizonte
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| Se está riendo en el océano.
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| Riendo en el océano
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| Riendo en el océano
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| Toda su vida fue un gesto
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| Un cheque pagado en platos sucios
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| Escucha el viento del mar, escucha como sisea
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| Mientras rueda sobre todos tus vanos y mezquinos deseos
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| Y tus dulces besos apasionados
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| El mar salvaje, salvaje
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| Siempre tonto, no tiene memoria
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| Solo una repetición de tu complicada amnistía
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| Mientras rueda sobre las rocas y las malas hierbas rompen tu jaula
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| Y las páginas de tu poeta
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| Y todas tus palabras ahogadas
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| Eso fueron solo amenazas de muerte y deudas impagas.
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| Y te deja sin aliento y en paz por un tiempo
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| Y crees que tu corazón no tiene odio por un tiempo
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| Y crees que tu alma está sin odio por un tiempo
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| Y tu cuerpo era un animal que amaba esconderse
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| Mira la fuente de tu corazón enterrada en lo profundo de la marea
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| Mira la fuente de tu corazón cantando desde la marea
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| alegría solitaria
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| alegría solitaria
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| Lagrimas de alegria
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| La fuente de tu corazón en lo profundo de la resaca
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| Lenguas ocultas y manos ocultas tirando de ti desde abajo
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| A la fuente de tu dolor
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| La fuente de tu dolor en la resaca |