| Lo que no sabemos explicar lo llamamos “misticismo”
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| La verdad se estaba enfriando en los alambiques
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| Un día todos seremos llamados
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| ¡Vi el muelle! |
| ¡Vio! |
| susurro furiosamente.
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| Lo que no sabemos explicar lo llamamos “misticismo”
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| La verdad se estaba enfriando en los alambiques
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| Un día todos seremos llamados
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| ¡Él es! |
| ¡Él es! |
| susurro furiosamente
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| En las ventanas de la celosía, agazapados acaba la pendiente
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| Suelo frio, aire frio y sudor frio
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| Las paredes están cubiertas de letras y números.
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| Aquí están los que esperan la muerte.
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| Y aquellos a quienes ella está esperando
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| - ¡Paracelso, prepárate!- gritó el guardia en la puerta
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| - En media hora te juzgarán, bestia.
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| Y alguien, en lo profundo de la cripta
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| En la penumbra, en la penumbra, sonrió y dijo en voz baja:
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| -Ahora.
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| A través de las bóvedas de laberintos, pasillos - directo a la corte
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| Gente con túnicas, capuchas, gente común
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| Leen las reglas, el código de leyes, golpean en el pecho
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| Escupieron en la cara, golpearon con varas - rompieron la vara
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| - Conocido como "Paracelso", ¡mañana serás quemado en la hoguera!
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| - ¡La Inquisición te ha declarado culpable de brujería!
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| Fijó su mirada en el que decía:
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| -¿Quién eres?
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| -¡Servidor de Dios!
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| Bueno, supongo que Dios está decepcionado.
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| Lo que no sabemos explicar lo llamamos “misticismo”
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| La verdad se estaba enfriando en los alambiques
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| Un día todos seremos llamados
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| ¡Vi el muelle! |
| ¡Vio! |
| susurro furiosamente.
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| Lo que no sabemos explicar lo llamamos “misticismo”
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| La verdad se estaba enfriando en los alambiques
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| Un día todos seremos llamados
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| ¡Él es! |
| ¡Él es! |
| susurro furiosamente
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| Encendieron un fuego, leyeron la frase de nuevo
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| La multitud se arrastró fuera de los agujeros en la plaza, a pesar del mar
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| - ¡Renuncia a los demonios, conjuro por última vez!
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| -Desafortunadamente, no lo conozco - entonces tus amigos.
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| iluminado
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| Una multitud de espectadores notó lo brillante que estaba su rostro.
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| Y que lejos estaba el miedo, ni un solo llanto
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| Quemado con una sonrisa en sus labios
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| - ¡Saber eso era una señal!- decidieron, - ¡Definitivamente era un brujo!
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| En una noche oscura, en la hora más oscura antes del amanecer
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| Noté un centinela en la plaza: un hereje estaba al acecho
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| Recogió cuidadosamente las cenizas, le gritó,
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| Pero el viento levantó el polvo, el polvo se asentó.
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| El hereje se ha ido
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| Abatido, el caballo caminó bajo el cielo sombrío
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| Y el jinete apretó la urna contra su pecho como una madre al hijo de Saturno
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| - ¡Profe!, - susurró, - ¡Yo creía!
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| Un mes después vieron que Paracelso estaba tratando a niños en la lejana Grecia
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| Lo que no sabemos explicar lo llamamos “misticismo”
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| La verdad se estaba enfriando en los alambiques
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| Un día todos seremos llamados
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| ¡Vi el muelle! |
| ¡Vio! |
| susurro furiosamente.
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| Lo que no sabemos explicar lo llamamos “misticismo”
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| La verdad se estaba enfriando en los alambiques
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| Un día todos seremos llamados
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| ¡Él es! |
| ¡Él es! |
| susurro furiosamente |