| ¡Ay! |
| Pero el brillo glorioso de una lengua pulida
|
| ¿Has estado practicando toda la noche?
|
| Tu boca forma acordes y arpegios
|
| Al principio es dulce pero luego da náuseas
|
| ¿Has estado sudando esto toda la noche?
|
| Al romper el alba, vuelves a salir para mostrarle al mundo dónde estás parado
|
| Te vestiste con tu buen traje hoy
|
| Lustra tus zapatos para tal ocasión…
|
| Presionó tu camisa y peinó tu cabello
|
| ¡Enderezar esa corbata! |
| ¡Ahora sal ahí fuera! |
| ¡Sal ahí fuera!
|
| El azulejo está quemando tus suelas de goma
|
| Tu sudor gotea formando pequeños charcos
|
| Has estado paseando y estás asustando a tus hijos
|
| Hay espuma blanca en las comisuras de la boca
|
| Los niños vecinos se ríen y señalan tu casa.
|
| tu esposa esta avergonzada
|
| Ella está tirando de todas las persianas
|
| Pensarías que obtendrías la imagen después de una vez tras otra
|
| Tu techo está creciendo lentamente, débil, hundido, estirándose como tu discurso...
|
| ¡Oh mi ciencia! |
| ¡Está en el techo otra vez! |
| Citando las escrituras y vomitando su
|
| manos
|
| Dijeron «No creo que baje. |
| Acéptalo, no creo que venga
|
| ¡abajo!"
|
| «¿Se cree que está dirigiendo una gran orquesta?
|
| Porque está moviendo las manos» y no puedo evitar cantar pero decir:
|
| «¡Ay ciencia mía! |
| ¡Está en el techo otra vez!
|
| Citando las escrituras y levantando las manos
|
| ¡Querida ciencia, está en el techo otra vez!
|
| Citando las escrituras y levantando las manos.»
|
| No pierde el ritmo tocando cada nota
|
| No se desanime por los dedos afilados
|
| Vestiste tu buen traje hoy
|
| Puliste tus zapatos, oh que desperdicio
|
| Presionó tu camisa y peinó tu cabello
|
| Y todo lo que obtuviste fueron miradas vacías... |