| Han sido siete días largos y siete noches duras
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| En un Chevy del 62 con luces traseras rotas
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| Un hombre en dirección este en un carril en dirección oeste
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| Una rubia lavaplatos de unos dieciséis
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| Estaba de pie sobre el hombro con una cinta en el pelo
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| Su mano en la cadera y su pulgar en el aire
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| Y me salí de la carretera y mientras ella agarraba la puerta
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| Sabía que el viento era frío porque lo había visto todo antes
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| Y yo estaba asustado
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| Las cosas nunca son lo que parecen
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| Cuando te encuentras viviendo en tu propio sueño
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| Ahora la luz de la luna entraba y salía detrás de las nubes
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| De vez en cuando en este niño impío
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| Y la radio estaba codificada, crepitando en el aire
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| La cinta que llevaba parecía vieja en su cabello.
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| Y vi la astilla de luz de la luna muerta en su rostro
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| Sabía que era verdad, ella estaba en el lugar equivocado
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| En el momento equivocado, en el cuento equivocado
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| Sabía que cuando le pedí que ella siseara, "Christabel"
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| Las cosas nunca son lo que parecen
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| Cuando te encuentras viviendo en tu propio sueño
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| Iba tras el hombre que la había dejado sola.
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| Sin un padre a su lado y el amor desaparecido hace mucho tiempo
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| Y la serpiente dentro de ella, un silbido en su cabeza
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| El resto que había sido ella estaba muriendo o muerto
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| Y le gustaban las mujeres jóvenes con piel blanca perlada
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| Escupió en el suelo cuando habló del hombre
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| Quién la hizo así, quién había escrito su cuento
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| A esta doncella medieval la llamaban «Christabel»
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| Las cosas nunca son lo que parecen
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| Cuando te encuentras viviendo en tu propio sueño
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| Luego exhaló la historia de su futuro amante.
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| Un caballero con armadura brillante sobre un corcel plateado
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| Quien anhelaba ser digno por lo que buscó la cruzada
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| Mientras esperaba, conteniendo el aliento, en brocado de lino
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| Pero un par de ojos negros tejieron a su alrededor un hechizo
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| La serpiente a la que llaman Lydia sedujo a Christabel
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| Y ella abrazó a su tierno, le envenenó el alma
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| Ella robó su cuerpo joven y lo hizo suyo
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| Las cosas nunca son lo que parecen
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| Cuando te encuentras viviendo en tu propio sueño
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| Ahora el caballero amaría a Lydia en los brazos de Christabel
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| Y Lydia lo tendría si alguna vez regresa
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| Pero Lydia se quedó con la historia deshecha
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| Sin corcel plateado, sin castillo, sin trono
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| Mitad mujer, mitad serpiente entrelazadas en un hechizo
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| Una barcaza negra y elegante este cuento medieval
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| Y se desvaneció al amanecer, el pájaro y la bestia
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| En lo profundo de los sueños de aquellos con destino al este
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| Como yo
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| Las cosas nunca son lo que parecen
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| Cuando te encuentras viviendo en tu propio sueño
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| Las cosas nunca son lo que parecen |