| Estos son solo algunos de los cambios que haré
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| cuando la humanidad me nombre rey del planeta tierra
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| Así que pásame mi corona (mi cetro y túnica)
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| Escucha el primer pregón de Martín I
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| Líderes que mintieron para que murieran inocentes
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| fingiendo llorar, piden perdón a Uno
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| ¿Protesta? |
| (bueno, podrían), cuando se clavan en púas
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| en los terrenos que rodean el jardín del palacio de Buckingham
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| Si queda un mundo para que lo hereden los mansos,
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| estos bastardos lo bombardearían en el momento en que lo consigan
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| Atascados en un fango: perdieron de vista sus objetivos
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| pensaron que ganaron el mundo entero, han abandonado sus almas
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| «¡A la cabeza!», soy el príncipe payaso de los tontos
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| «si no entiendes el chiste te lo pierdes»
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| El amor y la risa que ves son la nueva moneda
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| porque la acuñación de la codicia no vale la pena tirarla
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| Predicadores que nos enseñan que dios ama a sus hijos
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| instruirnos a orar, y luego aprovecharse de nuestros hijos
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| No chillarán de alegría como respuesta para mí
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| colocados en ataúdes de despojos, les quitaré las tapas
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| Todavía hay muchos peces venenosos en el mar
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| rico en más complejos que la vitamina B
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| Si pescas pendejos, obtendrás una buena captura
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| con calaveras llenas de aserrín (bueno, ¡tengo el fósforo!)
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| «¡A la cabeza!», oye mi decreto real
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| «cállate la boca» — «podría abrir tu mente»
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| ¡Qué oportunidad habría si algún día pudiéramos ver
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| tuerto en esta tierra de ciegos
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| «¡A la cabeza!» ahora mi palabra es la ley
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| y tu felicidad ignorante es alta traición
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| cuando la «policía del pensamiento» te llame, se lo pasarán en grande
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| porque los sabios no se enojan ellos se desquitan
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| «¡A la cabeza!», soy el príncipe payaso de los tontos
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| «si no entiendes el chiste te lo pierdes»
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| El amor y la risa que ves son la nueva moneda
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| porque la acuñación de la codicia no vale la pena tirarla
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| Patricios chiflados: políticos fascistas
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| conductores y traficantes: grandes generadores de dinero
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| Redundancia masiva en la fábrica de fraude
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| ahora se ha notificado a todos los que toman la libertad
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| Aquellos que aún no saben que una nueva era debe amanecer,
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| se despertarán con el cuello en el bloque cuando llegue la mañana
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| En mi ferry a Styx todo el mundo paga el peaje
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| es hora de sacudir el barco: las cabezas vacías comienzan a rodar
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| «¡A la cabeza!», oye mi decreto real
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| «cállate la boca» — «podría abrir tu mente»
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| ¡Qué oportunidad habría si algún día pudiéramos ver
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| tuerto en esta tierra de ciegos
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| «¡A la cabeza!» ahora mi palabra es la ley
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| y tu felicidad ignorante es alta traición
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| cuando la «policía del pensamiento» te llame, se lo pasarán en grande
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| porque los sabios no se enojan ellos se desquitan |