| Saliste de la anestesia
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| Como un buzo sin aire
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| Sorprendido de estar vivo
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| Sorprendido yo estaba allí
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| Ha sido un largo tiempo
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| Y no tengo hacha para moler contigo
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| Pero maldita sea, hombre, este hacha
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| No se quedará enterrado sin alguna señal tuya (señal tuya)
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| no vengo en paz
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| Pero tiempos como estos nos piden
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| Para dejar de lado viejos rencores
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| El deber llama, presto atención
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| pero no me encanta
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| La enfermera nocturna se va
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| Solo tu y yo
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| Y me das una mirada
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| Para congelar gasolina
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| No creo que estés reformado
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| O estás redimido
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| Si me preguntan, lo niego.
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| Pero recuerdo lo que hiciste
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| Si bien es cierto que eras un hombre joven y
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| yo solo era un niño
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| Uno de nosotros estaba mintiendo
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| Ambos medio malditos
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| Uno de nosotros el león
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| y uno el cordero
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| Tienes un don con las palabras
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| Te saliste con la tuya
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| Pero ahora nuestros roles se invierten
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| Y tu mesa está girando ahora
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| Demasiado débil para levantar una cuchara, te alimenté
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| Te afeité cuando te temblaban las manos
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| Te dosicé como me dijeron, nunca más
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| Señor, las demandas que estás haciendo-
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| Ayuda al monstruo en dos pies
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| Camine por el pasillo, repita
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| Y cuando sea lo suficientemente fuerte como para estar solo
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| Notarás qué dientes tan grandes
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| Pero la sangre es sangre
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| Y lo hecho, hecho está
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| Sí, la sangre es sangre
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| Y su carga es una bestia
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| Mientes sin expresión
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| Cara puesta como el Antiguo Testamento
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| El silencio siempre tu mejor defensa
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| Apuesto a que adivinas que vine a saldar deudas
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| Me dicen que mejorarás
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| no se que decir
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| Porque podrían coser tus manos juntas
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| Pero no pueden hacerte rezar
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| Pero ahora tienes cuidado, ahora eres bueno
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| ¿Pero te asusto como debería?
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| Ahora tienes cuidado, ahora eres bueno
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| Pero todavía te asusto y debería
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| Tienes un don con las palabras
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| Te saliste con la tuya
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| Pero ahora nuestros roles se invierten
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| Y tu mesa está girando ahora |