| Tu marido,
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| bebe como un escritor,
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| Pero escribe como un banquero,
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| Espero que sus bolígrafos se sequen.
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| Lo miras desde tu cueva en la esquina,
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| Los ojos de luna llena llamean y parpadean,
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| La forma salvaje que me gusta.
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| De mi parte,
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| finjo que no me doy cuenta
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| Tonto amigo eres un poeta,
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| Y podría hacer esto toda la noche.
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| y me quedaré así,
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| Manos encerradas en mi regazo,
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| Lo que quiero preso en mi mente,
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| Hasta que me deslice para dormir
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| Donde me estás esperando,
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| Y hacemos lo que queremos,
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| Y cerrarnos por la noche.
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| Hasta que la mañana llega como una doncella de novia,
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| Borracho y desesperado por su día,
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| Me saca a rastras, busca pelea.
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| Y veo que estoy solo aquí
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| Marcos de fotos y un plato caliente
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| Sol obstinado despecha los pasillos
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| Las astillas de pintura parpadean en amarillo y blanco.
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| Y me estoy estirando, en el acto de olvidar,
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| Dientes de oso y sangría,
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| Las señales cruzaron la mitad de mi vida.
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| Y el local crecido
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| Ve tus notas hacia mi casa,
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| Soñar encaja mientras nos arrastramos bajo tierra,
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| Y estás mudando de piel,
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| Así que me quedo con lo que puedo.
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| Sí, lleno mis bolsillos,
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| Y rellene todo lo que queda en mi boca.
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| Ahora eres parte de mi,
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| Mientras duermo.
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| Podría engañarme a mí mismo en un trance,
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| donde eran tan firmes como los hechos,
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| Y no te devuelvo
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| Todas las mañanas sale el sol para llevarte de regreso a tu hombre. |