| Ves la otra mitad del sol cuando se pone en el oeste
|
| Estoy sentado aquí solo preguntándome dónde terminaremos después
|
| Contigo al otro lado del mundo, tengo tiempo para nada
|
| Durante la noche, sombras azules y frías caen por aquí.
|
| Haríamos cualquier cosa, nunca diríamos que no
|
| Y lo que me encomiendes, te lo confiaré
|
| Se acerca una tormenta esta noche, investiga y confiesa
|
| El Hijo de Dios bajará del cielo otra vez
|
| Debes estar desnudo ante la verdad y todos los tormentos de la tierra.
|
| Él pondrá a prueba tu fuerza, pondrá a prueba tu moral
|
| Nos paramos en silencio frente a la razón, donde termina el verano
|
| Como un niño adolescente de camino a casa después del debut de ayer.
|
| Ahora nada sería como antes, estábamos en otra división
|
| Podíamos oír el agua oscura del otoño rugiendo bajo el puente
|
| Haríamos cualquier cosa, nunca diríamos que no
|
| Y lo que me encomiendes, te lo confiaré
|
| Y hace poco pude escuchar tu risa
|
| Y me dijo, me extrañaste anoche, lo hago
|
| La calle está tan tranquila como siempre.
|
| Es como si la noche aquí lo hubiera visto todo y todavía canta
|
| Una elegía para todos los dolores de que se trata el otoño
|
| Por una madre que cae enferma y por un niño que nunca llegó
|
| Por la sombra sobre el patio donde el sol nunca brilló
|
| Por una fuerza que no existió, extrañas la mía, extraño la tuya
|
| Por un silencio entre las paredes que corta el cemento
|
| Dos pares de ojos en el vacío de septiembre a Adviento
|
| Para un hombre que fue a trabajar como si nada hubiera pasado
|
| Y por una mujer que dijo: "Todo está arruinado, todo está quemado"
|
| Una elegía por todos los caminos que aún no hemos recorrido
|
| Por un tiempo que simplemente pasa y nunca vuelve
|
| Haríamos cualquier cosa, nunca diríamos que no
|
| Y lo que me encomiendes, te lo confiaré |