| Esta historia comienza el día que nació feliz de tener un hijo suyo
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| los padres lo llamaron Elvis
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| Y proyectaron en él todas sus esperanzas con confianza prematura
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| como él
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| Porque no veía que su físico desagradecido solo hacía que se hablara de él en
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| término pobrecito
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| E incluso aquellos allí no imaginaron la magnitud del daño por venir.
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| Desde esos primeros años no dejaba de cabrear a sus amigos del colegio.
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| Con las orejas asomando, aislado, resignado, prefiere callar,
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| solo pensó que un día llegará mi turno
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| Pero sus fauces de boxeador molestaron a los profesores que ya dudaban
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| su inteligencia
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| Su caso de nulidad fue citado por primera vez en referencia
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| Qué experiencia tan sórdida cuando sabes que se supone que la infancia encarna la
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| perfecto descuido
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| ¡Mala suerte! |
| ¡Sin olla!
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| ¡Mala suerte! |
| ¡Sin olla!
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| ¡Mala suerte! |
| ¡Sin olla!
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| ¡Fuera de la olla!
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| Adolescente pubescente, por supuesto, Elvis pensó en el sexo tan pronto como su
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| se puso tenso
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| Pero de todas las chicas que se desnudan a sus anchas ninguna quería a Elvis
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| no los jodas
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| Cuando tuvo el timón para los torpes, cambió el derecho a ver
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| Atrapado en un garaje, el voluble hijo del vecino se entrega a los ejercicios
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| propicio para la emoción de este novato
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| La masturbación se convirtió en su salida cada vez que se presentaba la oportunidad.
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| estaba puliendo su aguijón
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| No fue hasta más tarde durante su ejercicio cuando se dio por vencido ante
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| contra la tierra
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| Su honor en los brazos musculosos de un coronel que Elvis encontró el camino
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| Quien lleva al prostíbulo todas estas mujeres expuestas a su disposición
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| Al principio pensó que era una ilusión.
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| Tuvo que golpearlos, sentirlos, tocarlos, jalarlos, ponérselos durante 3 noches
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| en una fila
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| Para finalmente darse cuenta con decepción que el cariño que le tenían era
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| una cuestión de dinero
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| ¡Mala suerte! |
| ¡Sin olla!
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| ¡Mala suerte! |
| ¡Sin olla!
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| ¡Mala suerte! |
| ¡Sin olla!
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| ¡Fuera de la olla!
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| Y Falló en el examen de ingreso a la policía, Elvis entonces entendió el alcance de la
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| maldición que gobernó su vida
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| Como un largo sacrificio para que un día todo acabe en Fleury-Mérogis
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| Debía encontrar su lugar allí como guardia de la prisión.
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| Verdadero albañil, virtuoso de la batuta con un agudo sentido de la conciencia
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| profesional
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| En salas conocidas por su exceso de celo, Elvis había pasado del martirio a la
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| torturador
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| Después del lugar del mal, conoció el otro lado y prometió el infierno y la muerte.
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| antes de la hora
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| Al presidiario que por desgracia fue su analgésico hasta la mañana gris en que
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| en un motín
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| Elvis estaba perdiendo lo que era su vida cuando su arma le disparó
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| encajar en la boca
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| Su cerebro en la pared se sentía como una ducha
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| ¡Mala suerte! |
| ¡Sin olla! |
| Elvis no es un ídolo
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| ¡Mala suerte! |
| ¡Sin olla! |
| Elvis no es un héroe
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| ¡Mala suerte! |
| ¡Sin olla! |
| No es el Rey del Rock n' Roll
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| ¡Mala suerte! |
| ¡Sin olla! |
| Sólo un pobre verdugo
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| Muerto ! |
| Muerto ! |
| Muerto !
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| ¡Mala suerte! |
| ¡Sin olla!
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| ¡Mala suerte! |
| ¡Sin olla!
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| ¡Mala suerte! |
| ¡Sin olla!
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| ¡Fuera de la olla! |