| Tomamos el hilo caliente con nuestras manos
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| Y las piedras inteligentes nos enseñaron a amar,
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| Nos enseñaron a vivir cuando sobre ti
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| Dos mil años.
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| El agua del río nos trajo a la gente,
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| La estrella de la estepa nos dio discurso.
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| supimos entonces
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| Que viviremos para siempre.
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| Coro:
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| Sabíamos que el viento siempre está en camino,
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| Que los sueños de la Atlántida nos guiarán
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| En el borde de la tierra, donde cada héroe
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| Él nos dará su espada.
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| Sabíamos que el corazón, un hilo caliente,
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| Enséñanos a soñar, enséñanos a amar,
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| Y no nos dejará olvidar
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| Que viviremos para siempre.
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| Condujimos caballos alados en la noche,
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| Inhalando desesperadamente la magia de los días,
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| Dar felicidad cuando está atrás
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| Dos mil años.
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| Realmente sabíamos por qué y dónde.
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| El agua bendita corre por el corazón,
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| supimos entonces
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| Que viviremos para siempre.
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| Coro:
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| Sabíamos que el viento siempre está en camino,
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| Que los sueños de la Atlántida nos guiarán
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| En el borde de la tierra, donde cada héroe
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| Él nos dará su espada.
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| Sabíamos que el corazón, un hilo caliente,
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| Enséñanos a soñar, enséñanos a amar,
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| Y no nos dejará olvidar
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| Que viviremos para siempre.
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| perdiendo
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| Sabíamos que el viento siempre está en camino,
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| Que los sueños de la Atlántida nos guiarán
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| En el borde de la tierra, donde cada héroe
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| Él nos dará su espada.
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| Sabíamos que el corazón, un hilo caliente,
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| Enséñanos a soñar, enséñanos a amar,
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| Y no nos dejará olvidar
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| Que viviremos para siempre. |