Para los que cogen la suerte con la boca abierta,
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Nada significa todo lo que sucederá a continuación.
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Y la mirada, como un cuchillo se afila, el paso es inaudible,
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Ellos saben con seguridad, y no deberían saber
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Coro:
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que dulce es
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El cautiverio de la fiebre vespertina.
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Brotarán chispas de colores de linternas,
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Todo estará patas arriba.
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Y la ciudad cubrirá la calle con una ola caliente,
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Y luego, nuevamente, los colores se mancharán, todo resultará ser un sueño.
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Y golpearé la mesa blanca con mis palmas,
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No sé, escuchas, no escuchas, pero ¿qué me importa?
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No sé cómo llamarte, ¿vale la pena?
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Después de todo, los dioses del teléfono son tan tercos y malvados.
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Coro:
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que dulce es
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A los que conocen este dulce
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El cautiverio de la fiebre vespertina.
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Brotarán chispas de colores de linternas,
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Todo estará patas arriba.
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Y la ciudad cubrirá la calle con una ola caliente,
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Y luego, nuevamente, los colores se mancharán, todo resultará ser un sueño.
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Todo será un sueño...
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perdiendo
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¿Por qué el cielo sobre nosotros no es más blanco que la ceniza?
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Y los dioses del teléfono son tan tercos y malvados
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A los que cogen la suerte con la boca abierta,
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Y de qué otra manera, después de todo, nadie lo sabe.
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Coro:
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que dulce es
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A los que conocen este dulce
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El cautiverio de la fiebre vespertina.
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Brotarán chispas de colores de linternas,
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Todo estará patas arriba.
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Y la ciudad cubrirá la calle con una ola caliente,
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Y luego, nuevamente, los colores se mancharán, todo resultará ser un sueño.
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Todo será un sueño... |