| Ahora el cocinero del arriero pesaba quince kilos y tenía un ojo inyectado en sangre.
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| No tenía cordones en las botas ni botones en la bragueta.
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| Sus pantalones colgaban sueltos alrededor de sus caderas enganchados por un trozo de alambre
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| Y se concertaron alrededor de sus botas de una manera que admirarías
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| Bueno, metió el billy en la ebullición y luego vació su pipa
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| Y con las mangas de la camisa grasientas se limpió la nariz
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| Y con la pipa en la boca mezcló un tepe y el goteo le colgó de la barbilla
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| Y mientras mezclaba el amortiguador, el goteo seguía goteando en
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| Caminé en silencio hacia él y le dije que tirara esa batidora.
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| Y en el futuro, cuando estés trabajando, mantén la pipa fuera de tu boca
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| Bueno, él se puso erguido y me miró con una mirada tan sucia
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| Y dijo en elección australiana «Consigue otro maldito cocinero»
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| Un cocinero, dije que te llamas a ti mismo, basura grasienta hecha patán
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| Por qué deberías ir a la cárcel por aceptar un trabajo que no puedes hacer
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| Oh, luego descorchó un idioma y sentí una emoción de miedo.
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| Mientras balanceaba sus patas peludas y decía "trota tu marco aquí"
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| En las peleas del interior no hay reglas ni límites de peso
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| Así que tuve que squib o encontrarlo con mi escaso nueve piedra ocho
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| Y ambos saltamos a la acción y caímos en un clinch
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| Le puse una llave de cabeza pero no pude hacer que se estremeciera
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| Durante horas luchamos en agarres mortales con ganchos y cruces
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| Nos tambaleamos y nos hundimos en apuros como caballos quebrados y sin aliento
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| Luego, jadeando, murmuró: "Oh, he luchado por todo el norte".
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| «Eres lo más divertido que he golpeado, aquí dame tu mano viejo deporte»
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| Bueno, no puedo explicar mis sentimientos con alegría, casi lloro
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| Mientras nos tambaleábamos a una sombra cerca de donde se hundió y murió
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| Ahora hablas de esa chatarra de saltbush por qué solo era un juego
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| En comparación con esa batalla agotadora que libramos ese día fatal
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| Y ahora por encima de su lugar de descanso donde las hierbas crecen para sembrar
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| En piedra está tallado este epitato para que lo lean los viajeros
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| Aquí yace el hijo de Donald Gunn, ningún jugador jamás se paró
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| Y murió en una batalla de dinkum con Jimmy Underwood |