| La sopa del rey estaba demasiado salada, sí, su comida se echó a perder.
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| Luego venció a su chambelán de aquí a los Urales.
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| El chambelán resistió obedientemente, no tenía otra opción.
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| Si, así es con las autoridades, a veces son brutales.
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| El chambelán corrió inmediatamente a la cocina y en
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| Y casi rompe el cráneo del cocinero con indignación.
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| El cocinero, lleno de dolor y pena, tomó una cuchara
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| Y agarró al chico de la cocina que no podía escapar
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| Siempre baja y mira hacia arriba
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| Ore diligentemente por orden, ¡confíe en Dios!
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| El chico de la cocina, verde y azul, pateó al perro con entusiasmo.
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| Y luego hirió al pobre perro con su nuca
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| El perro corrió aullando hacia la ciudad y hacia el cura.
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| Lo mordió fuerte en los genitales, se le escuchaba gritar desde lejos
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| El sacerdote inmediatamente voló la marcha para su chico del comedor.
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| Azotó el culo de su chico desnudo no sin placer
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| El chico del desorden corrió a la ciudad y en la calle la suciedad
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| Le pateó el bastón a una anciana llena de frustración
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| Siempre baja y mira hacia arriba
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| Ore diligentemente por orden, ¡confíe en Dios!
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| La anciana se volvió indignada hacia el mendigo.
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| Y golpeó al chico en la cabeza y la mano con su oficio.
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| El mendigo en el dolor se volvió enojado y malo
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| Y tropezó con un pobre niño lisiado ciego
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| Y fue entonces cuando la historia acaba de comenzar
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| Porque aquí es donde realmente comenzó el problema de la concatenación.
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| Porque el ciego tambaleándose, confundido, malditamente asombrado y confundido
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| Definitivamente cien pasos hacia la ciudad, el centro del mercado.
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| En pánico con sus manos, quería mantener la izquierda y la derecha
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| Alcanza hacia abajo, alcanza hacia arriba, alcanza cuerpos y armarios
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| Así que cruzó mi carrera, se cayó, lo recogí
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| Y sucedió que era bastante irritante.
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| La hermosa doncella que casualmente estaba pasando
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| Agarró el hermoso trasero y colgó por un tiempo.
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| Sí, y cuando volvió a ponerse de pie, sí, simplemente se zambulló
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| A la gente del mercado, donde gritó "¡Lord jeminee, ese no fui yo en absoluto!
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| No, ese fue el lisiado ciego que se escapó de aquí.
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| Y también te puedo contar cómo ocurrió el accidente»
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| Siempre baja y mira hacia arriba
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| Ore diligentemente por orden, ¡confíe en Dios! |