| Se enteró el día trece de enero de mil novecientos cuarenta y dos.
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| Y cuando su país recibió un llamado, supo lo que tenía que hacer.
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| Vestido de blanco salió de puerto, a bordo del USS Arizona
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| Y dejó a su esposa y a su bebé en lo alto de las colinas de Carolina del Norte
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| Dijo que no sé cuánto tiempo estaré
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| Pero sabes que siempre encuentro una manera
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| Espero que no se preocupen por mí
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| Porque estaré en casa en un mes lleno de domingos
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| Bueno, los días se hicieron largos y las noches se volvieron frías
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| Sin ninguna palabra del mundo exterior.
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| Todas las noches cerraba los ojos y veía a Caroline, su niña recién nacida.
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| Las visiones de Elizabeth, su cabello dorado brillando al sol
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| Y todas las noches se acostaba despierto y gritaba
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| «Señor, qué ha ido y hecho Roosevelt»
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| Dijo que no sé cuánto tiempo estaré
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| Pero sabes que siempre encuentro una manera
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| Espero que no se preocupen por mí
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| Porque estaré en casa en un mes lleno de domingos
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| Bueno, después de dos largos años a bordo de la cubierta del USS Arizona
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| Fue a buscar sus papeles y se dirigió al oeste a un puerto en Pensacola.
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| Cuando su galgo crujió hasta detenerse en el suelo sólido del oeste de North
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| carolina
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| Su esposa y su niña lo estamos esperando allí para llevarlo a casa.
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| Llévalo de regreso por el viejo camino de tierra, su abuelo solía arar antes del Gran
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| Guerra
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| Llévenlo de regreso por el grito que conduce a la tienda general del viejo William.
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| Llévalo de regreso al gran pino alto donde él y Elizabeth se comprometieron allí.
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| amar
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| Llévalo hacia abajo, llévalo hacia abajo
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| Y llévalo de regreso al lugar que él llama hogar
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| Dijo que no sé cuánto tiempo estaré
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| Pero sabes que siempre encuentro una manera
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| Espero que no se preocupen por mí
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| Porque estaré en casa en un mes lleno de domingos |