| El sol estaba incendiando las rocas
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| Los campos ampollados con el calor
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| Cuando la milicia vino marchando por nuestra ciudad
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| Sacando chispas de las callejuelas
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| El sacerdote los observaba desde la puerta de su casa.
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| El sudor brillando en su piel
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| Cuando quemaron su pequeña capilla
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| Agarró su misal y su arma
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| Debo ir a la ciudad de Wexford
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| Donde el rayo rompe el aire
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| Y el pueblo canta a la libertad
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| Han desterrado toda desesperación
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| El cobarde muere un millón de veces
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| El hombre libre muere solo una vez.
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| Así que aquí está tu revolución
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| Que tu llama siga ardiendo hasta
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| Nos encontramos con nuestro Armagedón
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| En lo alto de Vinegar Hill
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| El nombre del sacerdote era Ciudadano Murphy.
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| no me gusto mucho
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| No creía en los derechos del hombre.
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| Solo el poder de la Iglesia Católica
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| Pero nunca vi a un hombre tan valiente
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| lo seguiría al infierno
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| O a la muerte en Enniscorthy
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| En esa colina olvidada de Dios
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| Padre |
| Murphy:
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| «Me pongo de rodillas todos los días
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| Y le pido a mi Dios
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| Pero su rostro se ha vuelto
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| de su gente
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| Me he devanado los sesos por un compromiso
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| Pero ¿con qué fin?
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| solo queda una pregunta
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| ¿Por qué me has abandonado, oh Cristo?
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| El obispo aconseja que se entreguen todas las armas
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| Dejándonos indefensos
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| Contra Su Majestad y Sus saqueadores reales
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| Pero si el alfil es un peón
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| Debo preguntarme si es mejor
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| Morir como un perro en una zanja
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| ¿O levantarme con mi pueblo, los pobres contra los ricos?
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| vuelvo a mis oraciones
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| Y reflexionar sobre tus labios torturados
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| Pero ni una palabra escucho
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| Solo un velo de silencio alrededor del crucifijo
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| Y recuerdo las palabras del obispo
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| «Cuando se va la fe, se pierde toda esperanza»
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| Bueno, que así sea
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| Me levantaré con mi pueblo
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| ¡Y al diablo con el costo eterno!"
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| El sol caía a plomo sobre los campos de maíz
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| El sudor estaba en nuestros ojos
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| Cuando escuchamos a la milicia acercándose
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| Con sus trompetas y sus pífanos
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| El sacerdote pasó cabalgando en su caballo plateado
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| El fuego había limpiado su alma.
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| Dijo «vamos a dar un golpe por la libertad, muchachos»,
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| Luego, sacamos esa escoria de la carretera.
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| Debo ir a la ciudad de Wexford
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| Donde el rayo rompe el aire
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| Y el pueblo canta a la libertad
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| Han desterrado toda desesperación
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| El cobarde muere un millón de veces
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| El hombre libre muere solo una vez.
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| Así que aquí está tu revolución
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| Que tu llama siga ardiendo hasta
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| Nos encontramos con nuestro Armagedón
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| En lo alto, en Vinegar Hill |