| Hace mucho tiempo en los días de antaño,
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| Había una leyenda contada
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| Sobre un héroe conocido como Galavant.
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| Mandíbula cuadrada y cabello perfecto...
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| Cojones por ahí...
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| No había ningún héroe como Galavant.
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| Duro, además de todos los demás valores varoniles...
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| Métete con él, te destripará.
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| ¡Hurra! |
| ¡Él gobernó en todos los sentidos!
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| ¡Un cliché de cuento de hadas!
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| ¡Y la gente lo llamaba Gaaaaaaa-laaaaaaa-vaaaaaaaaaaaant!
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| El hombre del que estamos hablando,
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| Tenía un amor de dama,
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| Y Madalena, ella era una hermosa doncella.
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| Piernas largas y piel perfecta,
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| Un cuerpo construido para el pecado,
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| ¡Con escote podrías celebrar todo un desfile!
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| Ah, el verdadero amor nunca fue tan extático,
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| ¡Ni tan salvajemente acrobático!
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| ¡Sí!
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| La amaba en exceso,
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| Tres veces al día más o menos,
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| Y ella estaría gritando...
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| ¡Gaaaaaa-laaaaaaa-VA—!
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| Un pequeño problema
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| Pronto surgiría.
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| Ricardo, un rey cercano
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| De riqueza y estatura,
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| Observó a Magdalena,
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| Lujuria en sus ojos.
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| Y
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| Él le pidió su mano...
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| Bueno, más como una demanda...
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| Bueno, más bien hizo que su secuaz la secuestrara.
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| Lo que nos lleva al día de hoy,
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| El día de la boda real.
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| Nadie puede detenerlo ahora excepto Galavant.
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| Pobre Magdalena espera
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| Detrás de las puertas del rey Ricardo
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| Por la llegada de su Galavant.
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| Ahora, por fin comienza una verdadera aventura,
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| ¡Épico! |
| ¡Salvaje! |
| ¡Un verdadero apretón de culos!
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| Asi que,
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| Huzzah y tally-ho!
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| ¡Siéntate y aquí vamos!
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| Asiste al cuento de...
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| ¡Gaaaaaaaaaaaa-laaaaaaaaaaa-vaaaaaaaaaaaaaaaant! |