| ¿Quién le teme al sol?
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| ¿Quién cuestionaría la bondad de los poderosos?
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| Nosotros quienes desterramos la amenaza
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| Cuando tus pequeños se van de noche
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| Bueno, no hay tiempo para dudas en este momento.
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| Y menos tiempo para explicar
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| Así que vuelve a tus caballos
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| Besa mi anillo, únete a nuestra próxima campaña
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| Y el Imperio crece con la noticia de que estamos ganando
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| Con más miedo a conquistar
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| Y más hilo de oro para hilar
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| Brillante como el sol, brillando sobre todos
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| Algunos dirían que forzamos nuestras palabras
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| Y encontramos que ingeniosamente grosero
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| Las palabras son solo palabras
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| No seas tan pesimista, débil y juvenil
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| Nos gusta la gente fuerte y feliz
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| ¿Quién no cree que hay algo malo con el orgullo?
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| El trabajo los hace libres.
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| Y extendemos esa libertad a lo largo y ancho
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| Y el Imperio crece, las semillas de su gloria
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| Por cada cinco tanques, planta una historia sentimental
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| Hasta que adoren al sol
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| Incluso los que aman a Cristo
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| Y mataremos el terror que se levanta
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| Y un millón de sus razas
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| Pero cuando nuestra gente te tortura
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| Esos son algunos casos aleatorios
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| No cuestiones al sol, no ayuda a nadie
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| Pero el periodista gritó
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| «Cuando era demasiado tarde para detenernos
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| Todos habían despertado al sueño.
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| Podrían entrar en nuestro Coloso»
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| Y ahora tengo razón, aquí dijiste que tengo razón
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| No hay nada que me pueda hacer daño
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| Porque el sol nunca se pone
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| En mis mazmorras o mi ejercito
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| Y el Imperio cayó
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| En su propio eje astillado
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| Y el Emperador se desvanece
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| A medida que crece la luna plateada
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| Y los granjeros encontrarán nuestras monedas
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| En sus campos de fresas
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| Mientras alguien en algún lugar
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| Gira su anillo cuando alguien se arrodilla
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| Oh, ¿dónde está brillando el sol para todos?
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| Oh, ¿dónde está brillando el sol para todos? |