Hay un patrón de cuadrados de colores en alguna parte
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Riendo mentirosos y espectadores
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Y los niños dejan caer a los mismos niños
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En una ferviente lucha sin sentido
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Tú podrías ser uno de ellos.
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Pero en tu casa no hay puertas ni ventanas
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Es un mal verso inconcluso
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Se volvió de lado a la ciudad
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No vienen invitados a ti
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Y vecinos, parcelas, notas y cartas.
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El viento juega en los rincones con una telaraña
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Y las paredes susurran como ratas
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Érase una vez en la cocina una hermosa madre
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Cocinó la cena y cantó
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me apresure a abrazarte a ti y a tu mujer
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Ahora son sueños de las cenizas
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Está goteando desde el techo aquí
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Y la sombra del agua de ayer está turbia
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nadie oirá
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El anhelo descansa en un bulto en la nuez de Adán
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El dolor opresor se romperá
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Y estás para siempre solo
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En una casa encantada enferma
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En una casa encantada enferma
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El dolor opresor se romperá
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Y estás para siempre solo
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En una casa encantada enferma
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En una casa encantada enferma
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¿Recuerdas aquella mañana que aprendiste a caminar?
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Niño feliz y voz
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Padre cantó tu canción favorita
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Y la casa estaba llena de paz
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A la cerca desdentada, abuelo andrajoso
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Se atascó y, haciendo una mueca, murmuró:
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"Déjame ir contigo para dormir y cenar"
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Palma extendida hacia tu madre
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"Déjame ir", gritó y sacudió su barba.
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Feo, encorvado, sucio, canoso
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Y la casa olía a melancolía y desgracia
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Sombras y colores espesados
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El padre se enojó y ahuyentó al anciano.
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Al despedirse, sonrió maliciosamente.
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La fealdad no vale, amigo, reproche
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Luego te dormiste y despertaste
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El anciano es un mago envidioso solitario
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Buscando refugio en el camino
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Toda la noche conjuré y doblé de papeles
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Similitud con tu casa
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El dolor opresor se romperá
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Y estás para siempre solo
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En una casa encantada enferma
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En una casa encantada enferma
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El dolor opresor se romperá
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Y estás para siempre solo
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En una casa encantada enferma
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En una casa encantada enferma
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Vamos a apretarlo, con avidez y con hipo durante mucho tiempo.
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Arrojando dos figuritas al fuego,
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Y por la mañana tu casa se convirtió en el cuerpo de un anciano
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Tan feo y ruidoso
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Lo comí, con avidez y con hipo durante mucho tiempo.
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Arrojando dos figuritas al fuego,
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Y por la mañana tu casa se convirtió en el cuerpo de un anciano
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Tan feo y ruidoso |