| Oh, el sol cae, grande como un milagro
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| Y se desvanece del cielo del Medio Oeste
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| Y el maíz y los árboles ondean en la brisa
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| como para decir adios
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| Oh, mi abuelo se paró aquí cuando era más joven
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| En diecinueve y cuarenta y tres
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| Y con el sudor y sus lágrimas, la lluvia y los años
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| Hizo crecer la vida del suelo y la semilla, oh
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| Voy a bajar a los campos de ensueño
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| Pero ¿cuál será ahora mi cosecha?
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| Donde cada lágrima que cae sobre un recuerdo
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| Se siente como lluvia en el arado oxidado, lluvia en el arado oxidado
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| Y estos campos sueñan con trigo en verano
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| Nietos corriendo libres
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| Y los fardos de heno al final del día
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| Y el espantapájaros que solo me asustó
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| Ahora las casas crecen como malas hierbas en un macizo de flores
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| Esta mañana se cayó el silo
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| Parece la única forma en que un hombre puede vivir de la tierra en estos días.
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| Es para comprar y vender, por lo que
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| Voy a bajar a los campos de ensueño
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| Pero ¿cuál será ahora mi cosecha?
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| Donde cada lágrima que cae sobre un recuerdo
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| Se siente como lluvia en el arado oxidado, lluvia en el arado oxidado
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| Como la lluvia en el techo del porche junto a la cocina
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| Donde canta mi abuela, puedo escuchar si escucho
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| Corriendo, corriendo hacia el fin del mundo que amaba
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| Esta será mi cosecha ahora
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| Y el sol cae, grande como un milagro
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| Y se desvanece en el cielo del Medio Oeste
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| Y el maíz y los árboles ondean en la brisa
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| Como para decir adiós, como para decir adiós |